Mi primer encuentro con èl fue en Estambul
en una cabina de peepshow. Llegué por curiosidad a alimentar mi sentimiento voyerista.
En estas cabinas uno va y pone una moneda o
billete y te abre una mirilla por el tiempo que has pagado.
Cuando la mirilla se abrió vi un tipo de
pelo chino caminar hacia el centro de la habitación. En un sillón estaba
una mujer pelirroja desnuda con cara de
sorpresa y ansiedad esperando por él.
El tipo sin mucho ritual empezó a
desvestirse, le jaló el pelo a la pelirroja levantándola del sillón. Él tomó el
lugar de la chica ya sin ropa, con una erección de miedo; echó la cabeza hacia
atrás y con el pelo de la chica todavía en sus manos la hincó al frente suyo. Ella
le empezó a morder las rodillas y le lamía las piernas. Yo no sentía lo que
aquella mujer sentía pero parecía que sí podía oler (o me imaginé oler) aquella
escena, podía adivinar el olor a ajenjo de él y el perfume dulce de ella. Alcancé a escuchar que el hombre le decía algo
pero no identifiqué que era. Sin voltear a verlo la chica se metió al hombre de
un solo golpe, sin mediar cariño la chica se dejó penetrar por la boca. La
devoción de la chica era indescriptible. Distinguí algo cómo un maullido y la chica
sacó de su boca un hilo de saliva que él recibía en su mano y se la ponía en la
cara con el pretexto de acariciarla. Aquellas bocanadas eran magistrales, yo
misma estaba moviéndome al ritmo del vaivén de la cabeza de la chica. Él le acariciaba el cuello, la nuca, las
orejas, le revolvía el cabello y de vez en vez le empujaba la barbilla con una
de sus piernas.
De pronto la mirilla se cerró y yo cómo
pude saqué un billete porque no quería perder detalle de lo que ocurría
adentro. Era obvio que a aquel tipo le gustaba tanto ser mamado cómo a la chica
mamar. Al abrirse la ventana la mirada del hombre se clavó en la mía, me puse
nerviosa porque había algo en la mirada de él que me invitaba a entrar y hacer
de aquello una celebración multinacional. Me desabotoné la blusa y mi escote
quedó al descubierto y en un instante cómo si hiciera una invitación nerviosa.
Mi mirada viajó más allá de la piel de las mejillas de la chica, podía sentir
mi propia boca haciendo vacío, restregando la lengua, dejando abrillantar mis
labios con saliva. Adiviné la presión de los labios, el ligero roce de los
dientes, y la lengua paseándose junto con la existencia de aquel hombre por cada rincón de mi boca. El tipo sin dejar
de mirarme a los ojos terminó en la boca de la chica que lo recibía a gatas
dándose cuenta de que ya había alguien más adueñándose del momento.
Él le apartó la boca y se la tapó de
inmediato obligándola a tragar. La cara
del tipo dibujó un gesto extrañísimo; entre dulzura, placer y asco. Se cerró la
mirilla y yo troné mis últimos tres euros para seguir mirando. En lugar de
abrirse la ventana se abrió la puerta y la mirada del hombre a medio
vestir se encontró con la mía. De reojo
alcancé a ver el rostro de la chica; una carita húmeda y brillante, con perlas
de saliva que parecían darle un tono dorado en la piel blanquísima. El rostro
de él era indescriptible, sus ojos plateados, el sonrojo de sus mejillas y sus
labios (que apuesto que los estaba mordiendo), los mechones de cabello
pegándosele al cuello con el sudor y aún con eso parecía no estar agitado; la
media sonrisa que regalaba socarronería, su nariz y en general sus facciones
que me hacían pensar que al igual que yo
era un extranjero rompiendo las leyes en un lugar de corrupción de almas. .“Debiste
entrar” me dijo al oído medio mordisqueándomela oreja mientras un dedo húmedo
(desaliva y sémen, apuesto) bajaba de mi barbilla hasta el centro de mis senos.
Su voz me hizo polvo y no supe que decir; me quedé ahí parada queriendo tumbar
al hombre en el piso de la cabina y
seguir con el trabajo de la chica pero se escapó de ahí sin voltear a mirarme... algo dentro
de mí me decía que este tipo se las traía puestas a todas, desde la argentina
hasta la marroquí.
Qué rico! Me recordó un poco la película "Delta de Venus". Muy bueno.
ResponderEliminarMe gustó el relato. Me gustaría saber de dónde eres.
ResponderEliminarGuru, eres única hermanita.
ResponderEliminarGracias por este relato. Te amo bruja pornográfica.
Troya, no he visto la pelìcula, tendràs alguna liga?
ResponderEliminarSelenio! Vivo en Mèxico.
Canelita-hermanita-brujita. Te amo <3
Gracias por sus comentarios, me han sonrojado.