Aprovecha la última noche que te regalo- Roberto Kazán
No importa el consecuente,
Si es la primera o la última vez ¿qué
más da?,
Igual mañana
te largas con tus recuerdos,
Con tu esencia, con mi perfume
impregnado en tu cuerpo,
En tu miembro, y quisiera creer
que también en lo que eres desde
la primera ocasión
cuando cruzamos nuestras miradas
intensas,
impenetrables, lujuriosas,
enfermizas, suplicantes entre parpadeos,
mismas que mostraban las ganas de revolcarnos en nuestro infierno,
en nuestra podredumbre.
¡Ábreme las piernas y no digas
nada!
Si ves alguna que otra lágrima
diré que me estás lastimando,
No será mentira, sólo que esta
vez no será físico el dolor.
Embísteme, rómpeme que bien sabes
que me gustó ser tuya,
Con esa violencia animal que te caracteriza,
Con esas pesuñas de antílope, de
centauro,
de jornalero con hoz en mano
listo para segar todo lo que mis campos
ponen devotamente a tu
disposición.
Tomad y comed todo de él
Porque este es mi cuerpo y mi
sangre;
La que ahora derramas de mi espalda
para la expiación de tus demonios
Y que tanto me gustó obsequiarte.
¡Acábame! ¡Sécame!
Deja mis senos como ciruelas
pasa,
Como cantimploras vacías por un
regimiento de soldados moribundos
Que no ven el día de regresar a
casa.
Hazme sentir por última vez esa
marea de hormigas rojas
Sobre las piernas, sobre mi
vientre
Quiero saberte tan mío como
nunca,
Sé lastimero, ¡Mátame de placer o
de dolor!
Al cabo no creo que sean cosas
tan diferentes
Hiéreme con tus colmillos que
como estacas
Buscan darle fin a mi
entrecortada respiración…
Aprovecha la última oscuridad que
te regalo muy a pesar mío…
Ya llegará alguien que me
arranque más suspiros,
Más sonrisas, más orgasmos,
más sueños que bien supiste venderme.
"Tomad y comed todo de él / Porque este es mi cuerpo y mi sangre"
ResponderEliminarUna imagen con fuerza, impactante en éste contexto. Muy bueno.
Joeeerrr! Qué bueno! Es como un deseo irreverente que tengo: átame, mátame!
ResponderEliminar