viernes, 19 de julio de 2013

Adicción de invierno

Coincidimos nuevamente, en el invierno limeño más frío del que mi mente tiene recuerdo hasta hoy.
Tan solo un poquito más adultos - y cabe decir que me llevas un par de décadas - no hemos cambiado casi nada. Tres años de pasarme recordando en conversaciones entre amigas (casi todas lo hacemos), que fuiste el mejor compañero sexual que he tenido en mi vida. Ni los que fueron antes de ti, ni los que fueron después de ti han logrado aún arrebatarte el primer lugar en mi lista personal. Siéntete orgulloso de ello.
Un reencuentro necesario. Por eso accedí a verte, a volver a cruzar miradas contigo, conversarnos, sentirnos cerca, probarnos el uno al otro que el fuego puede arder de nuevo una y otra vez. Sí, eres lo más parecido a una adicción (lo sigues siendo). Soy adicta de ti, lo confieso.
Pero pedir o suponer que pueda enamorarme otra vez, es demasiado. La vida puede cambiarnos en un segundo. El desamor a tiempo y el amor a destiempo, enseñan a cuidar el corazón. Mi lección está aprendida. No me he vuelto fría, como podrías creer; me he vuelto precavida, que es distinto. Daré el amor cuando me sienta segura de poder hacerlo, porque soy libre de amar tanto como me amen. No sé si contigo, no sé si con otro. Ojalá pudiera adivinarlo.

Mas te hago una propuesta: Disfrutémonos a morir, como la primera vez, como ahora. Aún estás en forma, aún me excitas hasta la más profunda fibra, aún sabes como hacerme llegar del cielo al infierno y viceversa, como hacerme sentir en el mismísimo paraíso etéreo. Yo también hago lo propio; lo veo en tus ojos cuando estás dentro de mí, lo siento en tu piel, en tus besos y en tu miembro cuando te vienes, y me encanta. La química fluye, explota, rebalsa todos nuestros límites y hacemos arte en cualquier rincón. Continuemos en ello. Nos va bien así.
Puedo asegurarte que mis orgasmos son reales, que no finjo, que me enciendes, que me antojas... tan solo no me pidas que me enamore de nuevo.
Tu tiempo de amor ya venció. Hoy eres sólo un deseo presente. Y si el tiempo de amar ya murió, que con el buen sexo que nos compartimos, sea suficiente.

- Dhanaisha -


5 comentarios:

  1. Dhanaisha creo que la memoria más imborrable es la de la piel.
    Qué bien me sabe tu relato hoy, anoche que lo leí, qué bien me sabrá siempre que lo quiera leer.
    Es exquisito.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu buena onda, Canelita. Y así es, la memoria de la piel es la que no se va nunca (si mi ex se enterara que estoy hablando de él, no sé que pensaría... aunque a lo mejor le guste, jeje).
      Otro abrazo!

      Eliminar
  2. y a mí me sabe bien, porque sabemos que se nos parecen los relatos, no sé si son esas dos décadas encimas que nos liberan de esa forma. Me encantó.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    2. Yo tampoco sé si son las dos décadas de diferencia las que nos liberan (o los liberan) y hacen que los disfrutemos más. Pues, tal vez podría esa diferencia de edad, darles experiencia... ¿pero también resistencia?
      Difícil saberlo :P

      Eliminar